EL LABERINTO DE LOS ESPÍRITUS
Autor: Carlos Ruíz Zafón
Review by: Liz Hay.
En esta entrega le dejo el final de una saga que he vendo leyendo en el apartado de "Reseñas que dejan huellas" para darle ese gran broche final a la tetralogía de este gran autor y fantástico libro con cierre inesperado.
DENSO, ENREVESADO Y TÉTRICO:
Zafón sabe llevarnos en hilo para desencadenar un mundo dantesco y una trama digna de estilo shakesperiano o epopeya griega con aquel regustillo agridulce en los labios como la vida misma. Una historia que cuenta unos sucesos históricos puntuales salpicada de la cruda realidad de las infamias y horrores de la posguerra española, haciendo gala de rencores, envidias, amores, verdugos, mentiras y secretos para desvelar la verdad oculta en cientos de personajes. He de confesar que me ha costado y mucho leerlo, es demasiado extenso y a veces caótico, no sabes qué pista seguir ni si en verdad al inicio lleva alguna correlación con los otros 3 portentosos libros de la saga, pero debo decir que a partir del 50% de leído el libro ¡Es una PASADA!. La forma como el autor hilvana las diferentes historias me ha hecho sacarme el sombrero y ha conseguido llevarse mis respetos y catapultarlo al menos en mi lista de lectora exigente, como uno de los grande de estos tiempos ¡Vaya forma de escribir Carlos Ruíz Zafón!
EL LABERINTO DE LOS ESPÍRITUS DE LA SAGA DEL CEMENTERIO DE LOS LIBROS OLVIDADOS.
En esta cuarta entrega los personajes confluyen todos en este carnaval sicodélico de terror como si fuera la fiesta mayor del pueblo, en dónde los fantasmas del pasado vuelven a hacer aparición para esclarecernos ese pasado oculto en el que medio de golpes y caídas todos colisionan en esta última entrega, vivos y muertos: David, Carax, Isabella, Fumero, Barceló, Daniel, Bea, el relojero, los amigos de los Sampere, la Bernarda, la Merceditas y por supuesto el incombustible Fermín Romero de Torres... Mi personaje favorito sin duda, que ha conseguido sacarme otra vez millones de sonrisas. Zafón nos vuelve a presentar en medio de tanta maldad y miedo, la inocencia, ese rayo luz que nunca nos abandona como el faro que guía los pasos en el mar a través de las tinieblas, en el personaje entrañable y querido de Fernandito, un chaval enamoradizo y sensible que se ha quedado prendado de Alicia Gris, un segundo Daniel, tan valiente como inocente. Y nuestra otra protagonista, Barcelona, la ciudad encantada, aquella dama oculta y mustia, fría y desolada que en su último aliento huele a miedo, sangre, muerte y destrucción en donde solo pulula la injusticia, el poder corrupto de unos pocos y el miedo que paraliza y consigue sacar lo más despreciable de una sociedad abatida.
El Laberinto de los Espíritus es un libro que va por partes. Empieza con contarnos la llegada de Fermín a Barcelona, su odisea para seguir en el mundo de los vivos y ese despertar de lo que se convertirá cuando su destino colisiona con el de una niña que lo hará arriesgarlo todo. Por otra parte nos muestra a Alicia la pupila de Leandro , una mujer temerosa pero audaz, entre ninfa erótica y muñequita de porcelana que ha sido atrapada en la telaraña judicial y poco onerosa de la policía y sus servicios aledaños, moldeada y dilapidada por un pasado que ensombrece su belleza, sin duda Zafón vuelve a mostrarnos que ser mujer en sus novelas, en una auténtica desgracia, ya que siempre se ven inmersas en acontecimientos funestos con finales tétricos, como todos los personajes mujeres de su saga.
Alicia Gris, la protagonista principal de esta historia, el nombre homónimo seguro escogido a conciencia ya que el autor entre los escritores malditos de Mataix y David Martín da vida casi al universo caótico del cuento de Lewis Carroll titulado “ALICIA EN EL PAIS DE LAS MARAVILLAS” en versión horror, en donde la Barcelona vapuleada cobra vida en un universo negro y rojo lleno de trampas, mentiras, ataques, misterios en medio de una ciudad destrozada por la guerra, que huele más a miedo que a verdad, en las que sus personajes se encuentre en las peores tesituras y situaciones... Zafón nos trae uno de esas tragedias dignas de Dante, que más que novela negra es un amalgama taciturna con dotes de auténtica locura. Su autor sabe muy bien hacernos sentir dolor y aprehensión desvelándonos paso a paso en una infinidad de páginas que he estado 3 veces y tentada a dejar el libro inacabado a lo largo de las pesquisas de la señorita gris, una mujer tan fuerte como frágil, anhelante de cariño pero con un pasado marcado que la ha convertido en lo que es: mitad arpía, mitad detective, mitad máquina y mitad muñeca envuelta siempre en sus medias veladas carísimas y sus trajes de diseñador.
MÁS PERSONAJES EN LA TRAMA Y GIRO ARGUMENTAL:
Vargas: el policía casi retirado madrileño y compañero de Alicia en misiones, el típico hombre bonachón más amigo que colega preocupado por el bienestar de la señorita gris y en resolver un caso que les adentra en un laberinto oscuro luego de atravesar aquella escalera de caracol sinuosa... Vargas ve en Alicia su salvación a un futuro no muy halagüeño y a un pasado que le carcome como a casi todos los personajes de la saga y es cuando hace aparición Rovira, el personaje más enigmático y negro del libro, un auténtico sociópata oculto, ciego de odio y de envidia. El lunático más perfecto descrito en este libro que consigue transportarte dentro de una de esas películas de terror hollywoodense que te hace subir pulsaciones y que no puedes dejar de leer y aborrecer. Rovira, el lobo vestido de oveja no es más que un sádico, perverso y enfermo que solo espera el momento adecuado para desvelarse... y para cerrar el círculo tenemos a Hendaya, el poli corrupto, el digno sustituto de un ser vil y acomplejado como Fumero, no sin dejar atrás a Mauricio Valls, un auténtico desgraciado con el que aprendemos que todo se paga en esta vida.
Es por todo esto que mi puntuación personal pasó en un tres i no res... de 2 estrellas a cuatro. Lo mejor del libro comienza justo allí en el medio, así que si como yo, estuviste a punto de lanzar la toalla y abandonar el libro, te digo que no desistas, esta historia merece la pena, al igual que sus personajes merecen ese cerrar del círculo para darles un adiós definitivo a cabalidad .
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